EL COACHING Y SÓCRATES
¿Te interesa la filosofía? ¿Te interesan las Humanidades? No pretendo hacerte llegar un artículo de carácter científico ni sesudo sobre la filosofía de Sócrates…
¿Para qué te hago estas preguntas? Tan sólo quiero ayudarte a conocer de manera simple pero acelerada los orígenes del Coaching… digo acelerada porque la técnica del aprendizaje acelerado o método TEN está dando buenos resultados y ayuda a sacarle partido al potencial cerebral, se trata de asimilar mejor en menos tiempo…¿has oído hablar de ello? ¿alguien te lo ha contado o has leído sobre ello? En otra ocasión podemos abordar este aprendizaje. Sigamos…
Cuando empecé a interesarme por el universo del Coaching, del coaching que me gusta, me di cuenta de que conecta con la filosofía porque intelectualmente me hacía crecer, ampliaba el zoom de mi mundo, me invitaba a reflexionar, a descubrir mis debilidades y a decirme “sólo sé que no sé “, lo cual aumentaba mi humildad y curiosamente, afloraban mis fortalezas. Permitidme que opine que a mayor nivel intelectual mejor vas a comprender qué es y para qué sirve el coaching.
Me gustaría preguntarte: ¿ cuando oyes hablar de Coaching a qué te suena? ¿Crees que está de moda o por el contrario, que ya está pasando la ola del coaching? ¿O piensas que ha existido desde siempre y que no es tan novedoso ni tan actual?? Pues bien, son ambas cosas, aunque proviene de la Antigua Grecia, lo hemos convertido en moda por su necesidad en las sociedades modernas, nunca como ahora el coaching ha adquirido tanta vigencia y tanto protagonismo, tenemos por delante un cambio de época que nos obliga a aprender un nuevo mundo, si queremos construir e interpretar una nueva realidad que nos desconcierta por su velocidad y por sus nuevos escenarios, dejándonos sin respuestas.
Ahora bien, un coach no es un solucionador de problemas, ni un consejero, ni un instructor, ni representa a gurús ni a chamanes…un coach no es más que un facilitador, un profesional que es capaz de inspirar, despertar y un elevar conciencias, responsabilidades y voluntades, influyendo en el potencial humano en su conjunto. Asombra ,en ocasiones, comprobar cómo se habla de coaching con frecuencia, sin aplicar de manera correcta nuestro lenguaje o cómo se aplica el “todo vale” en torno al coaching.
Como decíamos anteriormente, la figura del Coach siempre ha existido, hemos de remontarnos a la Antigua Grecia, en el siglo IV a.C.En los diálogos de Platón se encuentran elementos que pueden ser considerados como Coaching: retos, mitos, búsqueda de significados y análisis de ideas. Pero con Sócrates (469 a.C-399 a.C) comienza la búsqueda de la interioridad “Conócete a ti mismo”, como punto de partida del conocimiento. Las ideas innatas están presentes en cada alma humana y el alma de cada hombre revive esas ideas con ayuda de la interrogación o de la propia reflexión. Sócrates basaba su método en la siguiente premisa: “No puedo enseñar nada a nadie, sólo puedo hacer pensar”
¿En qué consistía el Método de Sócrates? En el método del Diálogo o Dialéctica, a través de la formulación de preguntas. Para ello utilizaba un modelo de conversación basado en dos etapas:
-Etapa de la Ironía: primera fórmula de sus diálogos “sólo sé que no sé nada”, el interlocutor era el sabio en la materia, aquí Sócrates reconocía su propia ignorancia y utilizaba el método de la clarificación, para llegar a saber algo.
-Etapa de la Mayéutica que en griego significa “dar a luz”, en esta etapa Sócrates pretendía, sólo a través de la conversación y las preguntas, esclarecer las ideas en la mente de sus discípulos, aquellas ideas que estaban confusas para sacar a la luz ideas puras, inteligibles, auténticas y profundas hasta conseguir que la persona descubriese conceptos que estaban latentes u ocultos en su mente. Era ésta la forma de extraer los conocimientos que sus discípulos tenían dentro de sí mismos y los valores que les guiaban.
Con estos antecedentes, un buen coach, ha de ser un buen conversador, y dentro de esta conversación las preguntas tienen un papel fundamental, son la esencia de cualquier comunicación inteligente y constructiva, el auténtico coach capta la esencia del otro, conversando de forma libre sin juzgar el mapa de la realidad de otra persona.
Ejercer el coaching requiere, ante todo, un “alto grado de humanismo y de madurez personal, profesional y experiencia humana”, como afirma Manuel Carballo, y requiere también un “genuino interés por las personas”, es vocación pero es, antes que nada, “entrenar la humanidad, la ética y cierta perspectiva vital”.
El coaching ha de alimentarse del Sentido Común, de aquel sentido común que los abuelos nos transmitían desde la experiencia, a través de sus preguntas, de sus increíbles historias, de sus anécdotas y su sabiduría natural que nos han ayudado a abrir horizontes y a enfrentarnos al mundo con más coraje.
Seguimos conectados !!! GRACIAS POR ESTAR AHÍ !!!!